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Memorias del joven Mickey

martes, octubre 2, 2007

Hasta Halloween (2007) no había visto ninguna de las anteriores películas de Rob Zombie, así que no hallarán en mí previas pleitesías. Dicho esto, aclaro que me apresuraré a recuperarlas todas; tan estremecedora y perturbadora me ha parecido su revisión del tótem de Carpenter.

Esa es precisamente la primera cuestión que surge, ¿qué necesidad, qué posibilidad tenía Zombie ante el Maestro (como ven, algo de pleitesía sí albergo) ¿Por qué soportar comparaciones? ¿Sería capaz de presentar batalla?

Pues sí, y bien fiera. Halloween rebosa personalidad propia, no teman. Toma a su predecesora y la extiende, hacia atrás, hacia arriba, hacia las vísceras, y durante toda esa reinvención, durante toda esa elucubración sobre el joven Mickey, Zombie triunfa de forma soberbia, para después encallar, aunque sin llegar a claudicar. Porque su remake contiene dos mitades muy bien diferenciadas. La del joven psicópata, mostrada con un naturalismo delicioso, que explora con deleite el Mal que anida en él, y una segunda, la que ocupó en particular a Carpenter, que transita por rumbos (necesariamente) mucho más previsibles y rutinarios, si bien con una fuerza nada desdeñable. En pocas palabras, mientras el Maestro se detenía a describir el ejercicio del Mal, Zombie prefiere rebuscar en sus orígenes y motivaciones. O más bien en su falta de ellas.

Aunque el padre abusador, la madre bailarina exótica, la hermana facilona, proveen un escenario reconocible al asesino en ciernes, el realismo minucioso, la reconstrucción al detalle y la desasosegadora presencia de Daeg Faerch como el pequeño Mickey, se nos van imponiendo gradualmente como una gangrena que secuestra nuestros sentidos para sus necróticos fines. Mickey con su permanente careta de payaso, que nos lo remite a ese otro John Wayne Gacy Jr, alcanza un punto de ebullición secreto en el que decide hacerse hombre y enfundarse su verdadera máscara, la de la ausencia, la ausencia de moral, de color, de rostro, de habla. El niño, que ya mostraba signos preocupantes – agresivo en la escuela, asesino de animales- prolongará de adulto esa misma fascinación por la muerte, por el proceso de agonía, que le impelía a torturar a sus mascotas. Y cuando, pieza a pieza, va cobrándose su matanza, mientras nos estrangula, perfora, ensarta, acuchilla, rebana, ahoga, nos mira a los ojos, curioso, intrigado, algo sobrecogido, buscando un descanso que nunca encuentra, una lucidez que nunca llega.

Zombie transporta ese hallazgo inicial hasta la siguiente parte, de trama ya establecida y consabida. Inevitablemente, la segunda (o novena) ocasión en la que un enmascarado atraviesa un suburbio azulado y silencioso cuchillo en mano no puede impresionar igual que la primera. Más sintomáticas de la rutina en la que se sumerge esta segunda mitad son la reiteración de la magistral sintonía de Carpenter (dos tazas de pleitesía) o el plano calcado de Michael acechando enhiesto en la calma tarde previa, que se antojan como un compromiso de Zombie, ya sea con los productores, ya sea consigo mismo (porque la dialéctica interna de la película nos hace sospechar que lo que en realidad interesaba al bueno de Rob era filmar una precuela y que se resignaba al resto como un mal necesario). Pongan también en el platillo en contra que se echa en falta una mayor presencia del tierno y enigmático Dr Loomis -un grandioso Malcolm McDowell- quien es aquí mas ángel caído que científico sabelotodo de los 50.

Sin embargo, no crean que la elaboración de antecedentes durante su primera mitad cae en vano. Estos ayudan a otorgar una definitiva envergadura -mayor incluso que sus tremendos dos metros- a la falta de clemencia y absoluta vehemencia del Michael Myers desencadenado. Más razones a su sinrazón. Y en última instancia, a pesar de las concesiones, Zombie termina peleando en terreno propio, acaba saliéndose con la suya en un final sin paz ni justicia, mucho más desolado y coherente con la historia que el original del Maestro (¡me he liberado!).

15 comentarios leave one →
  1. martes, octubre 2, 2007 3:07 pm

    A mi me gustó el principio con el niño morboso, pero la segunda mitad me pareció muy pobre, como desganada…

  2. martes, octubre 2, 2007 5:10 pm

    No he visto esta aún, pero las dos primeras de Zombie son, fácilmente, las dos películas de terror más inteligentes y complejas de los últimos años. Ya nos contará.

  3. martes, octubre 2, 2007 6:31 pm

    La tengo entre mis próximas, porque las anteriores me gustaron. Esa reminiscencia generación MTv a lo videolip me encantó.

  4. martes, octubre 2, 2007 7:51 pm

    Malcolm McDowell… A sus sesenta y tantos. Su presencia en una película de terror (qué digo, y de cualquier género) es siempre bienvenida.
    En cuanto a Zombie, vi «The Devil’s Rejects» y me dejó fría, fría… pero le habla alguien anclado en otras épocas y en otros sabores, así que tal vez te guste.

  5. martes, octubre 2, 2007 11:13 pm

    A mí me molaron hasta «H20» y «Ressurrection»… No le digo más.

  6. miércoles, octubre 3, 2007 12:49 pm

    Si alguien se ha ganado la posibilidad por méritos propios de renovar el género en este siglo, éste ha sido R.Z. Y ahora a ver este Halloween con más ganas, tras la lectura de su artículo. Ea.

  7. miércoles, octubre 3, 2007 2:57 pm

    Comparto la misma opinión que Tones con el díptico inicial de Zombie. Tenga pura ANSIA de ver que ha hecho este hombre con «Halloween».

  8. miércoles, octubre 3, 2007 5:03 pm

    la mirada de Malcolm McDowell en la naranja mecánica si que daba miedo.. o sea que se tendrá que ir a verla, ¿no? pues vaya, y yo que pensaba que ya estaba cerrado el tema halloween..

  9. miércoles, octubre 3, 2007 7:23 pm

    Yo prometo contarles, aunque sea someramente. Pero tengan en cuenta que «Halloween» tiene sus problemas. Tengo curiosidad (puramente cientifica) por ver que piensan de ella los fans de Zombie. Cuentenme lo que piensan cuando la vean.

    McDowell, aqui hace exactamente un papel contrario pero muy suyo. Un doctor acabadoisimo y afable. Y bienvenidos, quesitos rosaceos.

  10. jueves, octubre 4, 2007 3:47 pm

    Va a MOLAR seguro pero si que puede ser la más imperfecta de sus pelis dentro de su trayectoria, soberbia.

  11. sábado, octubre 6, 2007 9:38 pm

    Zombie es un TITÁN. Y McDowell es uno de uno de mis mitos particulares.

  12. martes, octubre 9, 2007 12:15 pm

    Con ganas de verla me dejas, ya lo creo.

  13. martes, octubre 9, 2007 12:21 pm

    Encantado de verle por aqui de nuevo, JP. Y a usted Ruina tambien. 😀

  14. domingo, octubre 14, 2007 8:54 am

    Me sorprendió lo dura y sádica que es esta peli.
    Y la ausencia de humor. Que aparece en las anteriores pelis de Rob Zombie.
    Aunque la versión de Carpenter, tampoco tiene nada de humor.

  15. domingo, noviembre 4, 2007 1:54 am

    que pelicula mas chida;pero quisiera ber las anteriores ya que las bi, ase mucho yiempo.
    pero rob zombie esta de miedo que gra eteno, espero y ayga mas de estas misma

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