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Los fantasmas

jueves, octubre 16, 2008

Dos fantasmas recorren Europa. Uno es el de la crisis financiera y la consiguiente incertidumbre sobre hasta qué punto nos afectará realmente. El otro, más espectral e invisible, es el de la impostación, el de la falsedad, que banaliza las ciudades y las reduce a un mera anécdota folklórica, a un papel pintado que sirve de fondo para núcleos urbanos idénticos, repletos de tiendas y restaurantes de nombres globales. Un fantasma que también convierte a las personas en seres de cartón-piedra, figuras recortables, caricaturas, sombras de modelos iluminados por los flashes de los medios.

Esa es la sensación que se tiene, que yo tuve, al recorrer Ciudad Amor o Modernona estos días. Ciudades aún fantásticas pero que están devorándose a si mismas. Con la creciente movilidad geográfica, ciertos grupos de población, niños de papá, profesionales de éxito, financieros, consultores, e-mpresarios de postín, se mueven por ellas con soltura, homogeneizándolas de acuerdo a sus gustos a golpe de tarjeta platino. Y así los restaurantes se llenan de iluminaciones indirectas y cortinas color crema, los clubs nocturnos se hacen asépticos y se llenan de clones de Vriatore, como bien decía Minchinela, los muchachos enjerseyados y las muchachas de pendientes de perlas se atreven a hollar los templos de diversión otrora exclusivos de modernos y alternativos de catálogo. Ante su empuje, ante los precios que suben imparables por el ímpetu de la demanda de esos exitosos que pretenden ser common people (like you), los autóctonos no saben donde meterse. Lo que siempre estuvo ahí, lo auténtico, lo tradicional si prefieren, se está desvaneciendo. La ciudad que conocían, la que habitaban de niños, se transforma vertiginosamente con cada pestañeo. Y así les invade la nostalgia, que es la real condición posmoderna. Muchos sirven comida más o menos elaborada a los turistas ruidosos o les venden ropa cosida en Malasia en tiendas de una marca reconocible en Dubai. Casi todos, como decían en El Club de la Lucha, tienen trabajos que odian para comprar cosas que no necesitan. Así las cosas, las posibilidades de emancipación, de independencia, son menos que cero. Compartir piso hasta los cuarenta, o lo que es peor, la casa paterna y eterna. Y parece que la única opción es huir. Huir de la ciudad-parque temático a lugares donde la vida sea aún sencilla, primitiva, como ya ocurrió en Roma a partir del siglo III cuando sus habitantes comenzaron a emigrar masivamente al campo. Pero la ciudad, esa zona residual que parece no ofrecer salida, es demasiado atrayente y poderosa. La mayoría permanece y la rueda continúa girando.

¿Qué nos queda? Nos queda gente verdadera como Aura o Lost Driver, personas de bondad y sentimientos genuinos, nos quedan genios chispeantes como los del Doctor Repronto, Lord Absence y su equipo, que buscarán verdades ocultas una temporada más. Nos quedan auténticos señores como Amando de Ossodio, quien ha abierto Neocronomicón, lugar en el que desmenuzará a Lovecraft con su enorme saber y buen hacer, o como Mario Vírico, incansable luchador contra los egos pantuflos y rupestres que infectan este medio. Abracen a los buenos, búsquenlos. Están ahí. Cacemos los fantasmas.

8 comentarios leave one →
  1. Ikke Leonhardt permalink
    jueves, octubre 16, 2008 10:04 pm

    No sufra, Dr. Los common people wannabes siempre han acabado tomando esas plazas fuertes, con el tiempo, obligando a los autóctonos a buscar otro escondite, o a inventarse otra cosa. Es ley de vida.

    Incluso me atrevería a decirle que, para que haya un Dr. Repronto o un Absencito (¿o un Dr. Zito?) tiene que haber urbanalización, tiene que haber Starbucks en Gran Vía, tiene que haber moles de ocio. ¿O acaso Lovecraft es de Aranjuez? Son fenómenos que van de la mano.

    En unos años, los Starbucks serán lo que ahora es El Museo del Jamón, y de esas cenizas nacerá algo mejor (o peor, pero de un modo interesante).

    After all, they’ll never live like common people, never know what common people do. Will they?

  2. viernes, octubre 17, 2008 11:12 am

    Querido Dr,

    hay un geógrafo de Barcelona (Francesc Muñoz) que a esto que describes lo llama Urbanalización; yo siempre hago la broma que este concepto ingenioso, aplicado a Modernona, se debiera de llamar UrBARNAlización. Horroroso, tú mismo lo has dicho.

    Por otro lado, y como bien describe Manu Fernández en La web es como una ciudad

    (http://ciudadesaescalahumana.blogspot.com/2008/10/la-web-es-como-una-ciudad_14.html)

    … pues eso (y por ahí creo que van tus tiros del último párrafo), aprovechemos ese nuevo mundo urbano paralelo digital.

    Un fuerte abrazo, y que sigas bien. Am

  3. viernes, octubre 17, 2008 11:57 am

    Ikke, quiere usted decir que los common people wannabe son supervillanos que nos hacen heroes? 😉

    Don Andres, si se fija, precisamente linko el libro de Muñoz en la entrada. La urbanalizacion es uno de los conceptos mas interesantes que he escuchado ultimamente. Gracias por el link, es bastante interesante y si, tiene mucho que ver: La Red puede ser esa ciudad paralela, ese escondite que menciona Ikke.

  4. lostdriver permalink
    viernes, octubre 17, 2008 12:12 pm

    Dr, no se qué decir…Me ha emocionado usted, de veras. Gracias. Un fuerte abrazo.

  5. viernes, octubre 17, 2008 12:50 pm

    Ooops, qué descuido… Tus diferentes categorías de resalto de blanco a veces me confunden, al no distinguir siempre entre negrita y enlace (y ese ha sido el caso esta mañana) Fuerte abrazo, Am

  6. viernes, octubre 17, 2008 1:37 pm

    Si, es un problema que queria arreglar desde hace tiempo. Lo he dejado un poquito mejor.

  7. domingo, octubre 19, 2008 11:06 am

    Me ha encantado su texto. Como habitante de una ciudad muerta estoy en deuda con usted. Sin embargo, el tal Francesc Muñoz, al que conozco por razones laborales, habla de la ciudad como si fuese una maqueta y de sus habitantes como un bien precioso: color local. Al fin y al cabo es geógrafo y lo suyo es la visa de pájaro. Su imaginario sigue siendo externa y centrada en el patrimonio, que no es sino la historia puesta a trabajar. ¿Dónde buscan su territorio los geógafos? El planisferio se ha cerrado, la urbe es del urbanista, el subsuelo del arqueólogo y la geopolítica del estartega. Sólo le resta ser un <a href=»http://geografia.uab.es/web/catala/tercercicle/MASTER_PAISAJE_UAB_0708.pdf»interiorista de ciudades.

  8. domingo, octubre 19, 2008 11:10 am

    Ooops! quería decir que sólo le resta ser un <a href=”http://geografia.uab.es/web/catala/tercercicle/MASTER_PAISAJE_UAB_0708.pdf” interiorista de ciudades.

    Disculpen.

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